Sílvia Companyó Cots
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Técnica de participación y cooperación internacional, infancia, adolescencia e igualdad en el Ayuntamiento de Martorell
scompanyo@martorell.cat • Linkedin
Hablamos con Sílvia Companyó Cots para conocer un poco más quién es y qué hace en el ámbito de la participación en Martorell, qué le funciona y qué no tanto, dónde se inspira y lo que ha querido compartir.
¿Por qué la participación?
Empecé en el Ayuntamiento de Martorell en 2004 como técnica de participación y cooperación cuando apenas arrancaba el boom de la participación. Yo venía del tejido asociativo, la cooperación internacional, de estudiar periodismo y de trabajar en prensa comarcal hasta 2004. Para mí ha sido un salto natural de la comunicación a la participación, porque la base es la misma: escuchar, dialogar y dar voz a la ciudadanía. Con los años he ido cogiendo más responsabilidad y ahora traigo también temas de infancia, adolescencia, igualdad, hermanamientos…
Silvia es…
Yo diría que un rasgo que me define es que, por bien y por mal, soy un entusiasta. Esto tiene la parte positiva de que es difícil agotarme, pero también a veces me caigo un poco en el idealismo y me cuesta volver a tener los pies en el suelo. También creo que soy una persona bastante tastaolletes. Siento la necesidad de estar constantemente explorando, probando cosas nuevas, contrastando… La monotonía y yo no nos llevamos muy bien.
¿De qué acción reciente estás especialmente contenta?
En Martorell no teníamos Consejo de mujeres, ni concejalía como tal, justo arrancamos y necesitamos movilizar a mujeres de diferentes ámbitos para empezar.
A raíz de una jornada por el día de la salud de las mujeres (28 de mayo) conseguimos a través de unos talleres, una importante movilización de mujeres, tanto desde la ciudadanía como desde los distintos servicios de salud, educación. La participación en estos talleres muy vivenciales en los que podían compartir lo que sentían, llevó a tejer complicidades y relaciones entre estas mujeres más allá del taller. Y ésta es la verdadera participación, donde además de contribuir, se crea comunidad, se hace tribu. Es tener estos espacios en los que uno participa, pero también donde se siente reconfortado, que forma parte del grupo. La pandemia puso en evidencia esta necesidad y es muy esperanzador ver cómo muchos profesionales se han dado cuenta de que no se puede desligar la participación de este trabajo comunitario.
Estoy especialmente satisfecha porque todo esto es fruto de un trabajo que no se ve, que vas tejiendo sin terminar de ver la pieza terminada hasta que… ¡Ostras! ¡Ya tenemos hecha la red!
Parece una buena estrategia…
Tú puedes tener mucho éxito en una actividad puntual, pero después sales a la calle y todo sigue igual. En cambio, cuando sales de la actividad viendo que lo que ha pasado sí que tiene trascendencia fuera y que se van tejiendo complicidades entre personas que antes no se conocían, experimentas esa sensación de que… ¡Buá! Esto sí que ha funcionado. No son necesarias muchas más valoraciones, lo vives y lo ves.
Se trata de ofrecer a la gente lo que necesita cuando lo necesita. A veces hay propuestas que no funcionan porque no encajan con su momento.
¿Algún truco?
Algo muy sencillo que no cuesta dinero. Crear estos espacios de confianza y empezar con pequeñas dinámicas para romper el hielo que ayuden a poner al grupo “en sintonía”. A veces vamos demasiado “de cara a choza” porque vamos apretados de tiempo.
La gente no ha entrado en la sala que ya les estamos preguntando: ¿Cómo quieres el Martorell de mañana?
Pasamos demasiado de golpe, de cero a cien. Y los resultados serían muy diferentes si creamos ese “in crescendo” poco a poco. Y cuidar pequeños detalles. ¿Quieres un café? ¿Un vaso de agua? Que el espacio sea agradable… En nuestra experiencia la gente responde muy bien y rápidamente.
¿A qué colectivo os cuesta más llegar?
No es tanto un colectivo, sino la dificultad de gestionar la diversidad. Hay ciertas incompatibilidades de dinámicas, de horarios, barreras simbólicas… Ocurre con personas recién llegadas, pero también con los jóvenes, la gente mayor… En todos estos casos, no participarán si primero no has roto alguna de estas barreras, yéndolos a buscar a sus “lugares naturales”, allí donde ya están. En el caso de las personas recién llegadas, vamos a los cursos de catalán, donde tienen unas relaciones de conocimiento, unos referentes que hacen de puente, y donde termina conectando el aprendizaje de la lengua con las posibilidades de participación. Y en el de los jóvenes también entramos poco a poco, quizás a través de una actividad que ya realizan, creando un clima de confianza.
Pero el principal reto que tenemos en la participación es, en realidad, interno.
¿Qué quieres decir? ¿Cuál es el reto?
Es muy complicado hacer permeable los cambios en la estructura y modos de funcionar de la administración. Porque después de pedir la implicación a la gente, a veces las formas de hacer de la administración a menudo no encajan con lo que se espera. O cuando caemos en contradicciones, porque iniciamos un proceso en sentido contrario de lo que acabamos de hacer. Llegar a la gente es un tema de tiempo y recursos. En cambio, la capacidad de modificar el sistema o cómo funcionan las administraciones, desde el ámbito municipal, es mínima. Y aquí es donde hay más frustración para mí.
¿Y cómo responde?
Una de las cosas que ayudan es ser honesto y decir hasta dónde podemos llegar y hasta dónde no podemos. No pedir a la gente "¿Cómo quieres Martorell mañana?" sin decirle que existen cuestiones que no dependen del Ayuntamiento. Si queremos ciertas políticas, éstas tienen unos efectos que debemos valorar si podemos asumir o no, y por según qué propuestas hay que ver si tenemos los recursos o de dónde se pueden conseguir.
¡La ciudadanía son tus accionistas!
La clave es también un cambio cultural, dejar de entender a la ciudadanía como clientes. Si te caes en la lógica clientelar te empezarán a exigir cosas que no podrás dar porque no tendrás los recursos necesarios. Hay que hacer partícipes a la población de lo que estamos haciendo en las administraciones porque si no nos encontraremos desafección y mayor conflictividad social.
¿Algún recurso que os funcione especialmente?
En clave interna, a nosotros nos ha ayudado mucho trabajar con niños, con los presupuestos participativos infantiles o con el Consejo de niños sobre cualquiera de los planes en los que ellos también aportan su visión. Porque cuando le pides a un técnico que explique lo que está haciendo de forma comprensible por un niño, se da cuenta de que puede cambiar su discurso técnico, y expresarse desde el sentido común. Y esa claridad ayuda a reubicarse muy rápidamente.
Y en clave externa lo que nos funciona es crear cierto vínculo. Mantener un diálogo abierto con la ciudadanía y evitar que se sienta instrumentalizada sólo cuando nos conviene. Al final, la participación se ejerce en muchos momentos no necesariamente sólo en un proceso participativo organizado. Cualquier reunión con una entidad, cuando vas por la calle y la gente te dice algo… todo esto tienes que poder canalizarlo.
Hablando de canales… ¿cómo incorpora los canales digitales?
A veces los canales digitales y las redes aún más promueven que la gente vierta en clave muy individual, pero más allá de las formas detrás siempre hay algo que merece la pena escuchar. Y no se trata tanto de los canales sino cómo los usamos y cómo preguntamos.
A veces lo que equivocamos es la pregunta. No voy a obtener la misma respuesta si pregunto:
¿Qué es lo más importante para ti en Martorell ahora? o.. ¿Qué crees que es lo más importante para la ciudadanía de Martorell?
¿Qué has visto que hacen otros que te inspira?
Yo vengo también de experiencias de la cooperación internacional… y para mí siempre es una fuente de inspiración. Porque es una realidad muy "impactante", donde a menudo se deben conseguir resultados a corto plazo con muy pocos recursos y esto ha hecho que la gente sea muy creativa.
Me fijo especialmente en Latinoamérica, donde tienen una facilidad natural para trabajar una comunicación llana que llegue a gente muy diversa, muy alejada y que impacte. En este sentido, aprovechan también muy bien las herramientas digitales, seguramente por las largas distancias que tienen, poniendo en común y compartiendo muchos contenidos en abierto de todo lo que hacen (proyectos, charlas, exposiciones, cursos), para facilitar que cualquier persona se 'puede beneficiar más allá de sus recursos. Añadiendo si es necesario un sencillo videotutorial cuando entras en una web que te explique qué puedes hacer y cómo. Ahora nosotros, a raíz de la pandemia, empezamos a incorporar como costumbre grabar los actos que hacemos, pero ellos hace años que lo hacen.
Y esto un poco es lo que quiere hacer la comunidad Participa, ¿no? Sistematizar y poner en común, todo el montón de conocimiento que ahora tenemos disperso, para facilitar su acceso.
Temas tratados: Ciudadanía Activa, Agenda 2030.
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